La vuelta a las aulas a través de la arquitectura modernista
Una mirada a los espacios docentes en época de pandemias
Una transformación es precedida por una causa que la provoca y en el que caso de la arquitectura, por una serie de factores concatenados que hacen brotar la investigación con la finalidad de aportar soluciones a un proceso de transformación o cambio social.
Las pandemias, palabra alejada de las nuevas generaciones, han sido a lo largo de la historia tiempos de cambio y replanteamiento de aquello que se entiende como establecido, lejos de generar debate. La agitación producida por los efectos maliciosos de las enfermedades no conocidas y por tanto, no controladas, lleva al marco de la desmembración del complejo engranaje social y necesita de una serie de transformaciones drásticas en un corto espacio temporal.
El movimiento moderno surgió de esta manera, con arquitectos como Alvar Aalto o Arne Jacobsen, obsesionados con el avance de enfermedades como la tuberculosis, desarrollaron sus capacidades en proyectos como el Sanatorio de Paimio o la escuela de Munkegaard, dando respuesta a una gran crisis sanitaria que veía mitigada su fortaleza en edificios con amplios espacios abiertos y grandes, favoreciendo la luminosidad y la ventilación.
Tras los pasos de Munkegaard
En tiempos de pandemia, la salud de las franjas más vulnerables de la sociedad, compone una de las grandes preocupaciones en todas las escalas. La infancia es uno de ellos y la actualidad diaria destina sus esfuerzos hacía que protocolos implantar para su protección e higiene. Más allá de todas las prevenciones y directrices que los más pequeños deben seguir para minimizar el impacto de esta pandemia generada por el Covid-19, la arquitectura debe ser capaz de responder a este importante reto que le es planteado.
Una manera de comenzar a establecer las necesidades y cambios a realizar en los espacios de docencia, pasa por revisitar la Escuela de Munkegaard en Copenhague, diseñada por el arquitecto Arne Jacobsen. Una vanguardista obra finalizada en el año 1958, que supuso la renovación pedagógica y arquitectónica en la concepción de los espacios escolares. La tipología “en tapiz” que llevaba a basarse en la topografía de la naturaleza, estudiando las buenas orientaciones y el contacto con la naturaleza, compone el desarrollo de espacios saludables y adaptados a las condiciones de la época. Para provocar una renovación de aire continua y un soleamiento favorable durante todos los meses del año, el proyecto se nutre de grandes patios colocados estratégicamente y las aulas cuentan con un doble ventanal a diferentes alturas, siendo capaz de jugar con la ventilación y las intensidades de la luz en función de las necesidades de la actividad desarrollada.
El proyecto se basa en una distribución modular donde la dualidad patio-aula convierte a estos espacios en una única unidad exterior, generando una constante ventilación a través de sus grandes aberturas, apoyadas en la integración de la naturaleza. Estas premisas fundamentales parten de una arquitectura de pandemia, donde la exposición al sol, la incidencia de la luz y la ventilación de los espacios ayudaba a la mejoría de los pacientes y a prevenir posibles dolencias.
El nacimiento del minimalismo en las aulas
La adaptación de la arquitectura no solo aborda la volumetría arquitectónica y el estudio de la relación de sus vacíos, orientaciones y generación de corrientes saludables, el detalle pasa a tomar un protagonismo en materia de salud.
Aunque hoy en día, el minimalismo suponga una corriente de pensamiento y diseño muy extendida, lejos de entenderse como una respuesta a una crisis humanitaria, lo cierto es que la adaptación de los espacios interiores a una simpleza controlada de sus formas y volumetrías, es consecuencia de la eliminación del mayor número de zonas atractivas para las sustancias tóxicas volátiles, disminuyendo sus largas estancias en el interior de las aulas que conforman los diversos colegios.
El minimalismo se abre paso en la búsqueda de la salud y conlleva la eliminación de las excesivas ornamentaciones volumétricas en el mobiliario, pavimentos y revestimientos, afectando incluso al cromatismo de la cobertura del edificio.
Las molduras dejaron paso a paramentos continuos sin grandes detalles ornamentales y la incidencia de materiales textiles como tapetes y grandes alfombras decorativas, dieron lugar a unos espacios más austeros donde la utilización de materiales con una alta durabilidad y fácilmente lavables e higiénicos, se convirtieron en las principales directrices de todos los proyectos, con la finalidad de obtener altas prestaciones saludables.
La escuela Montessori de Paterna: una buena práctica reciente
En su primera fase, la escuela Montessori Imagine diseñada por el estudio de Arquitectura Gradolí y Sanz, es capaz de recoger todas las premisas y puntos de referencia expuestos, con una mejora en la calidad material y espacial diseñada en su arquitectura.
En favor de la salud, la composición volumétrica y su juego de ventanas, dispone a cada aula de espacios verticales en triple altura, definidos como “captadores solares”. Además, esto se ve complementado con un patio que permite conseguir un aula exterior, abriendo la posibilidad de su uso en largas épocas del año debido a la climatología del levante. Todo ello se apoya en un manto verde que conforma la cubierta y que apoya la renovación y limpieza del aire exterior. Un proyecto, que bien puede haber partido en sus ideas desde un exhaustivo estudio previo de la escuela de Munkegaard de Arne Jacobsen.
Sin lugar a dudas, la arquitectura debe responder a generar espacios docentes saludables y seguros, estableciendo las premisas necesarias para aportar flexibilidad en su adaptación temporal, en función de la situación social y humanitaria de cada época.
La escuela, un espacio llamado a transformarse con la finalidad de adaptar su arquitectura a las necesidades provocadas por una pandemia, que ha supuesto la agitación de los espacios docentes tal como los conocemos.
Autor artículo: Carlos Armenteros arquitecto y director del estudio Carlos Armenteros Arquitectura.
