Buenas prácticas: La importancia del soporte para el recubrimiento cerámico
Llamamos “Soporte” a la superficie sobre la que se aplicará un recubrimiento cerámico, ya sea azulejo, gres o gres porcelánico.
Tradicionalmente, los soportes habituales que se encontraban en reformas y/u obras, eran el ladrillo cerámico para los revestimientos de pared y los recrecido de mortero para los pavimentos, no siendo el estado de dichos soportes, una característica tenida en cuenta a la hora de la colocación de la cerámica.
La evolución de las baldosas cerámicas, especialmente la aparición de grandes formatos y las nuevas láminas porcelánicas de bajo espesor, han provocado que las condiciones de estabilidad, cohesión y planeidad del soporte, sean parámetros indispensables a la hora de llevar a cabo una correcta instalación de dichas baldosas y son fundamentales para que el resultado estético de dicho recubrimiento cerámico.
Es por esto, que cobra fuerza el empleo de materiales de construcción que permitan mejorar el estado de dicho soporte: morteros de regularización, morteros de reparación, pastas niveladoras, etc…, o productos para efectuar soportes de alta calidad: morteros de recrecido aditivados y de alta planimetría, morteros autonivelantes , etc….
La correcta planimetría del soporte es básica para permitir que el cemento cola funcione de manera adecuada, con un fraguado uniforme que evite la aparición de diferencias de nivel o resaltos en las piezas, conocidas en el argot constructivo como “cejas”. Además, permite que los grandes formatos se puedan colocar con mayor facilidad y que los cementos cola especiales que tenemos que utilizar para estas colocaciones, se puedan aplicar de manera adecuada